jueves, 4 de noviembre de 2010

La historia de Amira. Capítulo 1


Querido Diario:

Hoy, catorce de enero de 2012, es mi cumpleaños y mi abuela me ha regalado este diario verde. En la solapa está resaltada la palabra “Diario”. Típico regalo que se le hace a una adolescente de 16 años como yo… No tengo ganas de hablar, estoy algo cansada y, además, hoy quedé con Amira, mi mejor amiga. Ella es una chica alta y esbelta. Tiene una media melena ondulada de color castaño y se maquilla habitualmente sus grandes ojos marrones. La conozco desde que éramos pequeñas y es una de las pocas personas que me conocen de verdad.

15/01/12
“Son las ocho de la mañana, es hora de levantarse.” El pensamiento que siempre quise tener, pero que nunca tiene la oportunidad de pasar por mi mente. “¡Oh, no! Ya son las ocho y media y llego tarde al instituto.” Sí, ese es mi habitual pensamiento matutino y, cómo no, hoy también me retraso.
Cuando llegué al aula ya estaban todos hablando o lanzando bolas de papel. Qué extraño, ya son las nueve pasadas y el profesor de matemáticas es muy puntual. Me fijé en que Amira tampoco estaba. Ella nunca suele llegar tarde y menos faltar a clase. ¿Qué le habrá pasado?
Buf… Las clases por la tarde son demasiado agotadoras. Todavía no vi a Amira, pero me contaron que por la mañana estaba hablando con el profesor de matemáticas. No me gusta hacerme ideas sin estar segura, pero esto no tiene buena pinta.

16/01/12
Un nuevo día con una preciosa mañana desperdiciada por culpa de las clases. Estamos en clase de naturales y no puedo dejar de mirar por la ventana. ¡No consigo concentrarme! Además, Amira se sentó en la otra punta de la clase. ¡Me ignora! Se comporta de un modo muy raro. Ni si quiera me saludó. Me está asustando… Le pasa algo y no me lo quiere contar. ¿Qué será? Tiene que ser algo grave, no creo que deje de hablarme por cualquier chorrada.

17/01/12
Nada más levantarme cogí el teléfono para llamar a Amira. Tuve un sueño muy extraño que me hizo pensar. ¿Y si el tema de mi mejor amiga está relacionado con el profesor de matemáticas? NECESITO hablar con ella. Son las siete y media de la mañana, ¡pero no aguanto más! Marco los números lo más rápido que puedo. Se me hace desesperante el sonido que produce el teléfono indicando que ya estoy llamando. Después de unos segundos eternos, al otro lado de la línea me coge una voz conocida pero que no es la de Amira. Se trataba de su madre; me informó de que su hija estaba en la cama y que se encontraba muy mal. Ninguna de las dos supimos averiguar el por qué de esta situación, pero lo dejamos pasar; no quiero agobiar a nadie por un sueño que, al fin y al cabo, solo es una imaginación mía.
¡Mierda! Ya son las nueve menos cuarto y vuelvo a llegar tarde a clase. Me debí de quedar dormida después de hablar por teléfono. Me duele mucho la cabeza, tengo que dejar de pensar en el tema del profesor, ¡solo es un sueño! Pero, hay una mínima posibilidad… ¡Joder! Ya vuelvo a pensar en ello… Voy a estar atenta en clase, a ver si eso me ayuda.
19/01/12
3 días. Ya pasaron tres días y no sé nada de Amira. No me habla, no me mira. No para de esquivarme y ya me estoy cansando. No soporto verla así de triste. Hoy también falto a clase, igual que el profesor… ¡No, no y no! Me prometí a mí misma que no volvería a pensar en ese absurdo presentimiento. Seguramente no tiene nada que ver con ningún profesor. Quizás sea un asunto de chicos… No, no creo. Siempre me lo cuenta todo y sería incoherente que, de repente, dejara de hablarme.  Voy a intentar relajarme leyendo y escuchando música, ahora no me apetece hacer los deberes ni, simplemente, tener que pensar.

Empezar de cero.

Queridos leyentes,

Voy a empezar de cero. Olvidaros de todo lo que dije y escribí. No servía para nada, no expresaba lo que verdaderamente quería contaros. Ahora volveré a escribir la historia, una nueva historia. Espero que os guste y, para quien ya leyó la antigua, ojalá esta os guste más.